¿Qué es el trauma infantil?

Los padres y los adultos en general deben estar conscientes de que el trauma infantil no siempre se presenta de manera violenta, sino que incluso situaciones cotidianas pueden tener un efecto duradero en la vida de un niño. 

Las experiencias traumáticas afectan negativamente la maduración de los sistemas de autonomía y autorregulación de los niños, haciéndoles mucho más vulnerables a situaciones difíciles. 

Ejemplos de trauma infantil

Los ejemplos más clásicos de trauma son los accidentes o los actos violentos, pero también pueden ser situaciones como caídas, atragantamientos con comida, presenciar situaciones en las que los padres o los adultos se desbordan, ver películas no adecuadas para la edad, oír que algo horrible le ha pasado a otra persona o falta de ayuda. 

Detección de comportamientos indicadores de trauma infantil

Es importante que los padres presten atención a los síntomas que pueden aparecer a raíz de estas experiencias, como por ejemplo rechazo a ciertos alimentos o lugares, o ariscos, para poder actuar de manera adecuada. El objetivo es ofrecer calma y seguridad al niño, para que pueda adaptarse al mundo que le rodea y aprender a afrontar situaciones difíciles.

Acudir a psicóloga especializada en trauma infantil

Es importante acudir a un psicólogo especializado en trauma infantil si notamos ciertos cambios en el comportamiento de nuestro hijo o hija, tales como mayor irritabilidad, dificultad para calmarlos, necesidad de estar pegado a un adulto, dificultades para comer o dormir, regresión a conductas infantiles, cambios en la rutina de juego, mala conducta, miedos, pesadillas, dolores físicos, o sentimientos de vergüenza o culpa en niños mayores (a partir de los 8-9 años).